2 abr 2011

El Café

Al mediodía español, existe una institución social, el tomar un café como postre. Por donde quiera que vayas te ofrecen con una gran sonrisa y un codiciado tono si deseas una taza de esta bebida oscura que propone animarte para la tarde entera y soportar ecuánime los soporíferos calores del verano.

Bajo sus efectos especiales he escuchado lapidar la política, proponer un nuevo orden social, discutir un problema estético o simplemente descubrir que la sonrisa de las personas es de las cosas más contagiosas que existen y se multiplica con una sensación de dicha que difícilmente puedes olvidar.

Generalmente te ofrecen la bebida en diferentes calidades y aparecen marcadas en la maquina desde donde te la preparan. Hay mezclas de cafés  africanos con americanos, hay otros cultivados con especial cuidado o en determinados climas, y finalmente, siempre hacen una categoría especial para el café colombiano. El vendedor te lo especifica, te lo aclara, te lo vende con propiedad y con cierta sensación de orgullo al poner lo mejor de su tienda a juicio de tu paladar.

Puedes estar sentado sobre una butaca comodísima, casi como en casa, pararte al lado de una barra de bar o estar en medio de un paseo peatonal, pero siempre cuando bebes una taza caliente de café, haces un lugar, estableces un limite y un espacio que todos los demás reconocen, respetan o en la mayoría de los casos, ven como oportunidad para establecer un dialogo contigo.





Imágen: taza de café por Petr Kratochvil

En Francia el café tiene un estatus especial, pues a más de la significación social, los franceses están llenos de sofisticadas formas de beberlo, degustarlo y compartirlo. La mayoría de las veces esta bebida se ha convertido en la acompañante ideal de  las aventuras intelectuales del cine. Hemos presenciado su incorporación como objeto – bebida- fetiche en las películas que se precian de representar la vida diaria del parisino. Las grandes ideas, discusiones y revoluciones vienen acompañadas por la escena de un café en el café. Institución social, costumbre diaria, unida e indeleble y determinante de la misma personalidad de los personajes.



En Estados Unidos, lo compras en grandes vasos (de unos 500cm3) que se cierran herméticamente y te dejan una boquilla especial para beber en tu conducción a la oficina. Generalmente el café es muy fuerte y te puedes pasar toda la mañana bebiendo una de estas porciones, que por el asombroso diseño del vaso contenedor pierde el calor poco a poco. La costumbre de beber un café cada vez se torna en una necesidad general de compartir experiencias en el solitario e independiente ambiente norteamericano. Starbucks es una compañía que proporciona solución a ese espacio olvidado.

En nuestro país, esta costumbre, que quizás existió con demanda en generaciones anteriores, está retomando nuestros escenarios y viene siendo impulsada con nuevas imágenes asociadas, que le quitan esa noción de mundo olvidado, impregnado de nubes de humo y canciones de tono lánguido. Hoy podemos disfrutar de tiendas apropiadas para poder degustarlo y donde compartir nuestras experiencias de vida. Hoy el café y su teatralidad han vuelto a ser parte de nuestra identidad y esperamos refuercen nuestra creatividad para la construcción de una sociedad diferente. 


Por; PC ©

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